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sábado, 3 de junio de 2023

rt--La insoportable vanidad del planeta--ic


Hay días que por alguna razón no soporto las amenazas del planeta ni su arrogante vanidad.

Siempre descomunal y hermoso hasta la paranoia.

¿Qué le pasa?

¿No está cansado de sí mismo como yo?

Dicen que la edad da sosiego. Y una mierda. Siento pulsar la ira como el síntoma del estallido de un capilar en el cerebro, en el pensamiento mismo.

Es hartazgo.

Como si me importara vivir más tiempo para simplemente sentirme abrumado por las colosales y amenazantes bellezas que se me regalan como premio de mascota.

Estoy cansado de idiotas y sus vanidades, de subnormalidades, de la vulgaridad de lo ostentoso.

¿Por qué no puede la belleza ser amable y no echarte a la puta cara que eres un mierda?

¿Por qué el planeta no me ama como ella? Como si fuera fácil, como si no se diera cuenta de la miseria que soy, sonriéndome sencilla y rotundamente hermosa como una bailarina de cajita de música…

Sin ternura y cordialidad la belleza es amenaza y humillación.

Hoy es mi día de pasarme la espectacularidad por el culo; mira por dónde.

Esas magnitudes geológicas pretenden aplastar mi pensamiento, destruir mi imaginación para que no describa mundos mejores.

Porque los he imaginado, soñado y escrito.

El planeta es un envidioso censurando incluso, las posibilidades que pudieran ser mejores que él. Por ello, por mimetismo, los gobiernos y su gentuza son los reflejos mínimos de la maldad del planeta. Todo encaja mierdosamente.

¿Todo esa magnificencia para recordarme que la muerte ronda cerca, que soy demasiado insignificante? ¿Se trata de esto?

Tal vez esté un tanto susceptible y la agresiva beldad de lo colosal me pesa absurdamente en el ánimo por alguna química descompensada. Bien, pues me parieron así de descompensado, hay que joderse.

Un hombre primitivo cansado de tanta ostentación de poder planetario… ¿Y la sangre y el dolor derramado también es bello y espectacular? Así debían pensar en algunas ocasiones mis ancestros, aquellos que vivían bajo el cielo negro temiendo ser alimento de un depredador durante la noche.

No debería hacer eso, ya tengo bastante petulancias cada día con los idiotas que son más pequeños e imbéciles que yo.

Y más feos.

Y ahora tú el planeta también jodiendo.

Lo siento chaval; pero hoy no estoy para mierda.

Coño, siempre amenazando con ser temible, como un mierda de puto dios de tantos que hay flotando por todas partes.

Ahora soy yo el que alardea de una maravillosa y liberadora locura… Tan pequeña y tan hostil.

No está mal, me gusta.

Y ahora a fumar ya más relajado en lugar de masticar el filtro.



 




Iconoclasta

Foto de Iconoclasta


martes, 11 de abril de 2023

rt--El árbol que quiso ser dios--ic

No es grande, no llega a tocar el cielo; pero al final logró ser dios y ahora rige solitario, en una bola de cristal invisible, su eterno y exclusivo mundo donde luce majestuoso, entre cielo y rocas. Y a su espalda, los miles de adocenados árboles del bosque hacinados, lo observan con desdén lucir su fronda de miles de pequeñas flores radiantes.

Si dios no ha castigado su vanidad partiéndolo con un rayo, se debe a que tenía razón en su vanidad: es tan bello como un dios.

Y bueno, aunque pedantes, ciertas perfecciones se agradecen en este sórdido mundo de fealdades banales e intrascendentes, a duras penas vivas.



Iconoclasta

Foto de Iconoclasta.


domingo, 6 de noviembre de 2022

rt--Un hombre lunar--ic


La luna se ha mostrado rotunda y sé que ambos la miramos. Soy hombre lunar por necesidad de ella...



Iconoclasta

Foto de Iconoclasta.



 

jueves, 3 de noviembre de 2022

rt--Todo rumbo…--ic


El vendedor me preguntó:

¿Qué quieres grabar en la tapa?

Que todo rumbo es incierto, le contesté con cierta desgana, con cierto cinismo.

Qué razón tienes…, dijo.

No quisiera tenerla, sinceramente.

Bueno, te llevas una brújula preciosa, dijo alegremente.

Yo quería que ella me llevara a mí, le contesté con sonrisa astuta.

Pues en tres o cuatro días la tienes. ¿Algo más? ¿No? Son 155, zanjó la cuestión.

¿Tu nombre, dirección o teléfono?

La dirección no la sé por eso te compro la brújula.

¡Jajajaja!

Yo también reí.



Iconoclasta

Foto de Iconoclasta.


Rumbo, brújula, experiencia, imprevisibilidad, pensamientos, fotografía, Iconoclasta, Ultrajant, Pablo López Albadalejo,


lunes, 24 de octubre de 2022

rt--Viajando en el tiempo--ic


Sería ridículo viajar en el tiempo y ver esto, cuando en el presente es táctil. Solo he tenido que caminar silenciosa y solitariamente unos minutos, cuando cae a ratos una fina lluvia que no le gusta a nadie más que a mí.

No hay nada cuántico en ello, no hay fantasía galáctica. Basta pensarlo, basta sentirlo sin dejar a nadie pudriéndose de vejez en La Tierra.

Hay muchos muertos que han visto lo mismo que yo, no es inusual.

Solo es algo accidental, un pensamiento de pasada, ser consciente de que es un jalón del pasado en un bonito momento, con la bruma del silencio y la soledad suavizando la muerte.

Lo embarazoso es pensarlo sin tapujos: soy un cadáver en ciernes.

Es una melancólica realidad que establo y campo no viajan en el tiempo, se han quedado estancados en el pasado. Tal vez, si pudieran, sonreirían pensando al verme: “Otro que va a la tumba”.

Sé muy bien que voy con paso firme hacia la podredumbre y se pueden meter su sarcasmo y vanidad por el culo si lo tuvieran.

La piel de mis manos está más cuarteada que el muro de piedra. Y me gusta.

Yo también tengo mi orgullo, mi orgullo atávico como yo. Tanto que, me pregunto si es mi último otoño, sin melancolía, sin tristeza; solo es un pensamiento casual, una curiosidad.

El final del camino es oscuro como el ataúd cerrado y voy hacia él.

Sin remilgos.

La vida no ha sido como para tirar cohetes con efecto final de palmeras doradas y trueno. No me ha gustado, estoy seguro de que las hay mejores en otros tiempos y lugares, en otros mundos como los de mis sueños.

Alguien podría decir que soy un amargado. Bien, nada es perfecto.

Algo pasó conmigo que no nací bien.

Me largo, bye.




Iconoclasta

Foto de Iconoclasta.

jueves, 22 de septiembre de 2022

rt--Un trepador azul--ic

 

No se conforman con volar, tienen que trepar arriba y abajo por los árboles.

Volar es demasiado fácil, demasiado vulgar.

Son buenos escaladores…

Y yo solo hago lo fácil.

Mierda…

Verticalmente, cabeza abajo avanzan tan veloces como hacia arriba.

En la ribera del río, donde escribo a menudo, se me queda suspendida la pluma a unos milímetros del papel observándolos. Y me doy cuenta de que no es necesario escribir, solo ser. Al final, carezco de importancia.

Soy menos que ellos.

Escribir es una patética vanidad, un intento por trascender a nada.

Cuando el silencio es largo y sin roturas, se acercan y me miran desde el árbol girando la cabeza con curiosidad, me arrancan una sonrisa secreta. Y al cabo de un instante, se acercan a mis pies sin timidez.

Pero cuando se acercan las estridentes voces humanas o sus horribles músicas ajenas a ellos; se van.

Y me dejan solo con los que no quiero.

Quisiera trepar y volar tan veloz como ellos, para alejarme con rapidez de los otros, los invasores. Y no puedo, soy de una torpeza que me da vergüenza escribir.

Nací estropeado, o algo pasó que no fue bien en mi concepción.

Si fuera un trepador, no me acercaría a alguien como yo, tan anodino… Pero son buenos tipos. Demasiado buenos.



Iconoclasta

Foto de Iconoclasta.


miércoles, 11 de enero de 2017

Lo invencible

Tanto tiempo soportando la presión del bosque, el invierno cruel, el sol incinerador...
El consuelo a toda esa lucha es que no piensan y no sienten las piedras.
Sería aterrador ser consciente de tanta lucha, de tanto tiempo viviendo para absolutamente nada.
Tal vez sea ese el secreto de la vida:  fuerza y firmeza: no sentir pase lo que pase.
Ser invencible tiene un precio.
Es absurdo.
Y sin embargo, ser piedra se hace tentador.


sábado, 22 de octubre de 2016

Acumulación rural


Los humanos acumulan lo que sea, cuanto más espacio, más guardan caóticamente cosas que no usarán nunca. En la ciudad o en el campo, el instinto básico de acaparar es una tacha más en la poca eficiencia del cerebro humano.
Aún así, todo ese desconcierto de maderas, me gusta. Huelen bien.
Nada es perfecto.
¿Y quién quiere perfección? Tal vez, no tenemos suficiente vida para ser perfectos y las maderas se acumulan generación tras generación.


domingo, 3 de julio de 2016

Grises y pardos


Existimos cosas y seres que somos de lluvia, por alguna razón el gris nos sienta bien, nos vemos bien en lo oscuro y en lo húmedo.
Y contrastamos a pesar de todo, a pesar de la tristeza que nos aplasta los días dolorosamente abrasadores.
En los plomizos y densos colores mojados, crecemos.
Cuando la melancolía se apodera del planeta, somos suave luz y color.
Reflejos otoñales que respiran profundamente la densa atmósfera.
Somos vanidad y error en un planeta de cosas de luz.
Grises y pardos, ganadores ocasionales de una carrera contra la hiriente luz que todo desnuda. Que todo muestra...
No hay misterios, no hay romanticismo bajo el sol.
Soy tan vulgar bajo la potente luz...

(Masía en Ripoll, Ruta de las Fuentes).



sábado, 25 de junio de 2016

Ídolos de paja



Ocurre que a veces se tiene una revelación.
Te encuentras ante algo con la luz adecuada, en el momento preciso, con la combinación de colores y perspectivas perfectas.
Y piensas que estás ante un dios, ante un ídolo; un tótem bañado de una luz esponjosa y majestuoso en su presencia.
Es fácil entender que un hombre crucificado en un monte, pueda causar esa impresión sagrada, mística. Entiendo a los crédulos sugestionables.
Son cosas que uno piensa ante la majestuosidad que sorprende en el camino, en la vida.
Y concluyes, que por muy llamativos que sean el crucificado y la bala de heno, ambos son ídolos de paja que en un momento han lucido llamativamente.
La diosa, la real, tiene unos pezones oscuros y notorios, y su vientre acaba liso con un coño majestuoso. Su cabello es del color de la paja al sol. Sus piernas están cinceladas para que la lengua suba por ellas dejando un rastro húmedo y cálido.
Esa es la única diosa que conozco, a la que me postro de rodillas ante su sagrado coño.
Ídolos de paja...
Mejor las diosas de carne y coño.



jueves, 16 de junio de 2016

Los ecos de los muertos



El hombre y sus creaciones envejecen, sucumben y el tiempo borra todo lo que fueron y lo que hicieron.
Me parece bien, de alguna forma el planeta se ha de defender de la plaga humana.
Las ruinas son la esperanzadora prueba de que la humanidad no puede luchar contra la naturaleza.
Los muertos no hablan, jamás lo hicieron ni lo harán; los restos de lo que un día construyeron son sus lejanos ecos inaudibles.

(Ripoll, zona de la ermita de Sant Bartomeu)


viernes, 27 de mayo de 2016

Impresionismo



Yo también soy un impresionista. Mi mundo, el que yo creo y su luz, es una mejora de los errores humanos y de la naturaleza.
Si me pusiera en plan teológico, estaría reparando lo que dios hizo mal.
La luz y textura que aplico al universo, oculta los desperfectos, las miserias, la vejez y la ordinariez. De tal forma, que parezca una pintura para enmarcar.
Porque sin mis correcciones puntillistas, sería más de lo mismo. Me pudro entre tanta monotonía.
Vine al mundo para hacerlo todo más interesante.
Y más decorativo.
Ni la naturaleza, ni los dioses son tan sabios como todo el mundo afirma.
Conformistas indolentes...


jueves, 26 de mayo de 2016

El caos del tiempo


Hay cosas y rostros que forman un caos de años, de vida. Los rostros no quieren vivir más cuando el tiempo rasga su piel, la agrieta y deja ver lo que fueron, lo que sufrieron.
A nadie le gusta dejar al descubierto lo que le queda dentro, lo que le han hecho a lo largo del tiempo.

Y hay casas que no quieren ser ya habitadas.
Es hipnótico ver todas esas cicatrices en  rostros y cosas.
Intentas imaginar qué han tenido que padecer.
Porque de los goces, el tiempo no deja rastro alguno.



lunes, 23 de mayo de 2016

Tiempo inhumano

No existe un lugar especial en el tiempo cuando se observa la naturaleza, no funciona con el tiempo humano. Son siempre tiempos del pasado o de un presente ajeno del que ya no formamos parte.
Tiempos que se perdieron en ambiciones y esclavitudes aceptadas con el falso paternalismo y protección de un pacto social.
Y con una instintiva melancolía hay quien evoca sin definir el origen de su tristeza, los tiempos perdidos en los que el hombre no era un mero productor.
Perdió el horizonte y se quedó en la grada de un estadio deportivo con una triste cerveza de fin de semana en la mano.


viernes, 20 de mayo de 2016

Un latido perdido



Solo la belleza devastadora de un paisaje, de las nubes acariciando las montañas, del pato volando sobre el río y la conjunción de un perfecto cromatismo, puede emular a la muerte robándome un latido del corazón.
La belleza de la naturaleza y la muerte, son igual de poderosas.
Es un buen precio perder el ritmo del corazón a cambio de admirar toda esa majestuosidad.


miércoles, 11 de mayo de 2016

Quiosco de vida


Era una mañana de febrero, fría y lluviosa. Y un café bajo los soportales del Zócalo de Puebla, era un placer íntimo. En solitario los cafés saben de una forma especial, porque bebes los recuerdos y las miserias solapado por la indiferencia del trajín de un quiosco de prensa saturado de vida.
Dado el ruido habitual de la ciudad, era un paraíso temporal. Una efímera tranquilidad que valía la pena disfrutar en silencio.
Era 2012, pero podría ser el futuro, o cualquier pasado reciente. Fumar y tomar un café en soledad en un mundo abigarrado, es un lujo intemporal.
Brindo con un café por el cobijo de un quiosco y su indiferencia.

(Zócalo de Puebla, México. Febrero 2012).



lunes, 2 de mayo de 2016

Pausados tiempos


No siempre lo pasado fue peor. Hay cosas del pasado que se hicieron con cariño, con arte.
Con el deseo de perdurar.
Tiempos en los que no importaba el tiempo por su abundancia, sino la ilusión y la vocación de ser experto, maestro.
Y tal vez estas sean las cosas que perduran, porque tienen muchas huellas de vidas y muertes. Porque son tan viejos los comercios, que  inevitablemente se piensa en lo que "han llegado a ver" esas paredes; los distantes seres que pasaron bajo su letrero, amigos, vecinos, padres, hijos, abuelos, nietos...".
Como si el letrero, estuviera pensado  para ser cuna y lápida de los que necesitaban un cuchillo o un candado.
Navajas y cuchillos que cortaban el pan en torno a hogueras y frente a chimeneas.
Filos trabajados con paciencia, con arte e ilusión. Posiblemente creyeran que hacían los mejores cuchillos, las cerraduras más eternas. Las llaves más grandes.
Donde el tiempo no era oro, sino un deseo generoso de gustar, de servir.
Hay cierta ternura en los elaborados letreros de los comercios de tiempos sin prisas y saludos con olor a pan recién hecho.
Deben ser esos los secretos de su longevidad.
Y los restos de piel humana que le dan su pátina carismática.



domingo, 27 de marzo de 2016

Monolito de la vergüenza


Un monolito de restos, de desperdicios, de lo que alguien encontró y quiso darle una desesperada utilidad. Un alarde de imaginación de la pobreza.
Tiempos de desasosiego, transcurre todo tan rápido, que el arte se hace decadente en semanas.
Y queda solo, abandonado como una vergüenza de una sociedad que ha perdido la libertad de pensar para caer en la esclavitud de un pensamiento común, colectivo, globalizado, repulsivo.
Sus obras perduran como los ahorcados ante las murallas de antiguos castillos, como amenaza, como vergüenza.
Como el escupitajo de un obrero en la madrugada, camino de galeras.


martes, 8 de marzo de 2016

Cuernos para erecciones de idiotas


¿En qué momento los monos decidieron que sus cuernos eran necesarios para que sus pollas se pusieran duras? Da igual si es una cultura oriental u occidental, los monos evolucionaron envidiosos de otros seres con más fuerza y más territorio en todas las regiones del planeta que ensuciaron con su presencia.
La evolución del hombre, no es tal. Los humanos son un accidente, una degeneración de la naturaleza en el planeta.
Pronto serán viejos recuerdos o cromos mal dibujados en pastelillos. Nadie se acordará de que unos miles de degenerados de polla blanda, pensaron que sus cuernos curaría sus penes ridículos.
Lo más divertido es que los monos (hombres), ni con la polla dura saben follar.
Los religiosos deberían recapacitar sobre un Dios de mierda creador.
¿Creador de qué?