sábado, 9 de agosto de 2014

La bondad invertida


Ya no existe la bondad, solo un capricho de un psicópata pervertido en las mentes de millones de idiotas sin capacidad para razonar más allá de la profundidad que requiere limpiarse las uñas con un palillo.

(de El diablo ha muerto)


La sanguijuela a los pies


El problema de la humanidad, de su envidia, codicia y estupidez no reside en la falta de fe o de una mala praxis de los ejercicios teológicos.
Lo malo es que el diablo ha muerto, ya no hay justicia. Nadie vigila a Dios y él ha convertido su "bien" en un monopolio donde no hay nada que pueda contrarrestar todo esa enfermiza bondad.

(de El diablo ha muerto)


Buenos amigos


"Y sus secuaces actúan impunemente en nombre del Padre, de Alá o de cualquier personaje creador de un mundo lleno de envidia y falta de inteligencia. Porque los secuaces de los dioses son mucho más inteligentes que la media, son repulsivamente ambiciosos."

(de El diablo ha muerto)


El beso rastrero


"Dios sin el diablo, permite la existencia y la larga vida de los opresores y el hambre, de la pobreza y la enfermedad. Lucifer hubiera aplastado el cerebro de tantas madres portadoras de la imbecilidad, que el mundo sería ahora mejor.
Sin el diablo se acabó la selección natural."

(de El diablo ha muerto)



miércoles, 6 de agosto de 2014

Entre las piedras



Deambulamos por el mismo lugar.
Los solitarios hacen siempre lo mismo: buscan entre las piedras algo que no existe con cierta desconfianza de encontrarlo.
No tienen prisa, no esperan nada ni a nadie, nada les espera.
A lo mejor aparece lo que buscamos, hay tiempo...

(Laguna de San Baltasar, Puebla, México)


martes, 5 de agosto de 2014

Naturaleza quemada y muerta



Los girasoles de Van Gogh parecen seres vivos y animados celebrando algo, sus pétalos revueltos como agitados por el viento es una amabilidad del autor, un eufemismo, una muerte divertida.
Están muertos, cortados y arrancados de la tierra, agonizando en un florero.
Yo no soy tan amable. Mi girasoles y mis rosas están arrasadas por demasiada vida, por demasiada luz. Las hojas ya están marchitas, como si la muerte escalara el tallo, en un avance imparable hacia las flores, que lucen serenas y heridas.
Mis flores son más trágicas que la vida misma. Bellas como heroínas.


El cielo que nadie quiere


Quiero un cielo oscuro, denso y pesado. Peligroso... Porque la luz y la claridad roban el misterio y el miedo; y sin ellos la vida es una jornada de compras en un supermercado. Donde amor y odio y las emociones todas, se convierten en frases facilonas, ternuras e ingenios que se pudren en internet por su propia banalidad. Mensajes que intentan disfrazar la mediocridad de algunas vidas y no lo consiguen. Yo quiero un cielo amenazador y las tinieblas, donde los corazones laten contritos por lo que hicieron o dejaron de hacer. Y acelerados, adrenalínicos...

sábado, 2 de agosto de 2014

Árbol monstruo



"Quiero cobijarme allá donde nadie quiere estar, donde nadie quiere ir.
Donde los árboles muertos se convierten en bestias pétreas.
Donde la oscuridad del fin del mundo aterroriza a los demás."

(de mi relato Un aire de mi mundo.
Laguna de San Baltasar, Puebla, México)