martes, 27 de noviembre de 2012

Xibalba, la predadora


Caza, es su instinto, su deber, su placer...
Me hipnotiza con su total ausencia de piedad hacia sus víctimas jugando con sus vidas. Pensando como un simple humano sin demasiado cerebro, se diría que quiero a esa asesina; pero no es asesina, es maravillosamente predadora.
Maravillosamente libre.


lunes, 26 de noviembre de 2012

A veces quiere entrar


A veces la gata se cansa de lo exterior y pide entrar para resguardarse tras los barrotes.
Es paradójico que los barrotes sean símbolo de libertad.
Es esclarecedor que ahí fuera, no haya sitio para la imaginación, ni para los gatos.



domingo, 25 de noviembre de 2012

Mejor dentro que fuera


Para lo que hay que ver fuera...
Los barrotes no me retienen, son mi imaginación y contienen lo exterior, lo que otros hicieron mal. Los barrotes son mi libertad, mis sueños. A ellos me aferro como un Conde de Montecristo que no desea escapar a ese exterior difuso.


viernes, 23 de noviembre de 2012

Los premios de arte de la chusma para la chusma




Las obras de arte, de literatura, fotografía y cine están ejecutadas, pensadas, difundidas y premiadas por la chusma y para la chusma. Al fin y al cabo, los gobernantes, los empresarios y los grandes e ilustres proceres, no son más que un reflejo con suerte de esta mierda de sociedad miedosa, hipócrita y falsa.
 Solo así se entiende que muchas obras completamente idiotas y sin asomo alguno de creatividad se premien y se difundan.
 Ser premiado puede ser un serio insulto o una descalificación de nuestra inteligencia por poco que uno recapacite.
 Porque los que juzgan, premian o condenan, son gentecilla vulgar con demasiada suerte y poca inteligencia. Más de lo mismo.
 Y la cosa se eterniza y seguimos viendo y leyendo idioteces y banalidades a niveles de Nobel y Pulitzer. Y peor resulta ya a niveles estatales o privados.

lunes, 12 de noviembre de 2012

Un padre demasiado joven


O una vida truncada demasiado pronto.
Es pornográfico, es corrupto que un hijo supere en edad a su padre.
Y ahí está el mío, sonriendo eternamente recostado entre mis palabras, mis pensamientos, mis cosas.
Ahora yo soy su viejo.
No soy tan ingenuo, ojalá fuera así y quedara algo de él.
Está tan muerto...
Francisco López Carrasco, mi padre.