La realidad tomada por mi cámara. Seres creados para combatir la mediocridad. Instantes que no siempre son lo hermosos que nos dijeron.
Mostrando entradas con la etiqueta gata. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta gata. Mostrar todas las entradas
sábado, 7 de marzo de 2015
Xibalba entre libros y cuadernos
Xibalba siempre ha elegido reposar entre libros y papel.
De muy pequeña se aposentaba entre los diccionarios, libros y cuadernos que ocupaban la mesa.
Le debe pasar como a mí, que el olor de la tinta y el papel es una adicción tranquila e íntima.
Estamos los dos en nuestro medio.
A veces coincidimos los animales en los gustos.
martes, 4 de marzo de 2014
De muñecos y gatos
La gata se diferencia de los muñecos, en que no sonríe, ergo está viva.
Los muñecos padecen una especie de neurosis, que luego contagian a los niños y de mayores se convierten en todo aquello que ya conozco.
La gata se mantiene impertérrita ante la estupidez de los muñecos o la humana.
Es una invitada de piedra en un mundo idiota.
Etiquetas:
estupidez,
fotografía,
gata,
gravedad,
Iconoclasta,
muñecos,
neurosis,
Pablo López Albadalejo,
Realidades truncadas,
Reflexiones de Iconoclasta,
sonrisas,
ultrajant
viernes, 27 de diciembre de 2013
El amanecer de una gata
A ella le pasa como a mí: no le importa nada
la belleza de un amanecer (si es que un amanecer puede ser bello para un hombre
de verdad o un animal).
Busca movimiento y caza. Yo busco gente que
despierta para huir de ella, para no cruzarme con nadie que no debo. Que no
quiero.
Y que las nubes descarguen su ira y combatan al
sol.
Es tiempo de guerra.
martes, 27 de noviembre de 2012
Xibalba, la predadora
Caza, es su instinto, su deber, su placer...
Me hipnotiza con su total ausencia de piedad hacia sus víctimas jugando con sus vidas. Pensando como un simple humano sin demasiado cerebro, se diría que quiero a esa asesina; pero no es asesina, es maravillosamente predadora.
Maravillosamente libre.
lunes, 26 de noviembre de 2012
A veces quiere entrar
A veces la gata se cansa de lo exterior y pide entrar para resguardarse tras los barrotes.
Es paradójico que los barrotes sean símbolo de libertad.
Es esclarecedor que ahí fuera, no haya sitio para la imaginación, ni para los gatos.
jueves, 27 de septiembre de 2012
Suscribirse a:
Entradas (Atom)