La realidad tomada por mi cámara. Seres creados para combatir la mediocridad. Instantes que no siempre son lo hermosos que nos dijeron.
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jueves, 26 de mayo de 2016
El caos del tiempo
Hay cosas y rostros que forman un caos de años, de vida. Los rostros no quieren vivir más cuando el tiempo rasga su piel, la agrieta y deja ver lo que fueron, lo que sufrieron.
A nadie le gusta dejar al descubierto lo que le queda dentro, lo que le han hecho a lo largo del tiempo.
Y hay casas que no quieren ser ya habitadas.
Es hipnótico ver todas esas cicatrices en rostros y cosas.
Intentas imaginar qué han tenido que padecer.
Porque de los goces, el tiempo no deja rastro alguno.
domingo, 27 de diciembre de 2015
El tiovivo y mi sangre
Me pregunto si cuando sea viejo, mi sangre tendrá el mismo tono de los rojos del tiovivo.
Tal vez suba en uno de sus caballitos y esté tan descolorido y degradado como ellos. Tal vez ya sea parte de esos restos de vida que giran para nada.
Pobres viejos caballitos, pobre yo...
martes, 6 de octubre de 2015
Sin color, sin forma
Los seres vivos se diluyen poco a poco. Su piel y su ánimo rechazan el color y la nitidez.
Y así hasta desaparecer.
Hasta morir.
Por eso caminan en la vejez mirando al suelo, para no ver lo que ya no son ni serán. La muerte es oscuridad y es lo que busca la vida cuando está cansada.
Está bien, peor sería más luz para unos ojos antiguos.
jueves, 4 de julio de 2013
La piel de un reptil
Es extraño a veces observar bien la piel de las manos, lo vieja que está. Nunca pensé que algo como yo pudiera durar tantos años. Soy de carne y hueso, soy finito, corruptible... Aún no sé como no se ha desprendido la piel. Ahora soy un reptil un dinosaurio.
Siempre por el filo
Siempre hay que coger los cuchillos por el filo, para no llevarse a engaños. Para que alguien me joda, me jodo yo mismo. Además el dolor me molesta, pero no me asusta. Aunque tal vez mi locura... Debería golpear con el cuchillo y dejar que se deslice el filo por la antigua y maltratada piel de la mano.
miércoles, 30 de enero de 2013
Mujer en el Zócalo de Puebla
Mucha vida ha pasado por la tez de este rostro.
La vida es inversamente proporcional al tamaño del cuerpo: cuanta más historia se tiene, más encoge el recipiente de carne.
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