El mismo paisaje hay días que puede ser chirriante, por muy tranquilo que pensamos que una vez pudo ser.
No te fíes.
Hay un filtro diario del mundo, para la serenidad y el desasosiego.
El azar o la química dictan la visión del mundo, cosa que a veces puede asustar.
Intentas recordarlo de la forma que te gustaba y dudas entonces sobre la inexistencia del infierno y el paraíso.
No hay un día igual, no hay un puente que cruce siempre el mismo río.
Temo ser diferente cada día, temo desconocerme, temo ser un muñeco multicolor.
Está furiosa como un dragón que ha despertado de una pesadilla.
El cielo tiene una violencia desproporcionada, cuasi mágica.
No hay héroes, santos, ni brujos que nos liberen de la furia.
Estamos perdidos, sometidos a la hoz gigante.
Mejor morir ante una gran furia que en una aburrida mediocridad.
Alguien podría pensar que es un muro de contención para que la tierra no invada el camino; tal vez algún ingenuo ingeniero de puertos, caminos y canales lo diseñó para eso.
En realidad, el bosque lo ha hecho suyo, lo ha convertido en una muralla para evitar que la humanidad entre en él, para que lo dejen tranquilo. Las piedras se han camuflado con musgo y hierbas y es piedra orgánica alzándose amenazadora al borde del camino.
Mis ojos son lentes cuadrículadas que advierten la amenaza, midiéndola. Entendiéndola.
Yo también haría un muro de contención a mi alrededor.
Todo cuadra... Todo me lleva hacia el cruce, hacia la devastación que dará descanso a la vida. Esa señal se ha mantenido en pie durante años y años. Antes de que yo naciera, ya estaba ahí para indicarme el final.
Toneladas de acero para acabar con poco más de medio siglo de vida. Soy importante.
No me he cansado pronto, he sentido la vida a contrarreloj. He ardido como un reguero de pólvora y he quemado cuanto me ha sido posible.
Y ahora me espera una muerte escandalosa de raíles oxidados.
Descansar en trozos...
No es una masacre, es una necesidad; pero parece un camposanto de árboles.
Los humanos lo hacen consigo mismos. Lo hacen principalmente por envidia, lo que lleva al odio, por religiones y por ideologías de iluminados con ansias mesiánicas. Cosa que me parece correcta la masacre humana. También es una necesidad, es una herramienta que si no sirve para depurar la especie humana, al menos alivia el espacio, que también es importante.
Si vale para unos, vale para otros seres del planeta.
Me pregunto si cuando sea viejo, mi sangre tendrá el mismo tono de los rojos del tiovivo.
Tal vez suba en uno de sus caballitos y esté tan descolorido y degradado como ellos. Tal vez ya sea parte de esos restos de vida que giran para nada.
Pobres viejos caballitos, pobre yo...