sábado, 22 de agosto de 2015

Alambradas


Alambradas por todas partes, en el pensamiento, en el cuerpo, en los campos...
Sin alambradas no sabría la humanidad qué lugar le corresponde, en qué lado se debe encontrar cada cual.
Como si la alambrada fuera suficiente para detener el deseo, como si una alambrada pudiera evitar algo.
Como si una alambrada o un dios pudiera evitar que arrollara su cuerpo todo.


La cancela


Una cancela que no guarda nada, que no puede defender nada.
Hay inseguridades y miedos por todas partes, clavados en la tierras, en las carnes y el pensamiento.
La vanidad de ser propietario se paga con tiempo perdido, con esfuerzos que solo provocan un ridículo que no ven, porque de nuevo, la vanidad es ciega y sorda. E idiota.
Es absurda.
Son absurdos y previsibles.


La boca del lobo


Van directos a la oscuridad, a la boca del lobo.
Lo sé porque estoy dentro.
Soy oscuridad combatiendo un exceso de luz.


viernes, 21 de agosto de 2015

La definitiva luz


Como si fuera la luz definitiva, la luz final que se come la vida, que se derrama blanca y desintegradora por la tierra para fundir todas las cosas, todos los seres.
La luz me conforta, es inevitable ir a ella y atrás no hay, no queda nada.



sábado, 15 de agosto de 2015

Banco mirando al oeste


Llueve y los bancos descansan de su trabajo.
Éste miraba al oeste, como si deseara ir donde muere el sol, como si quisiera dejar de ser lo que es.
Como yo...
Los días de lluvia dan intimidad a los deseos.
Los dos somos bancos bajo la lluvia.


miércoles, 15 de julio de 2015

Un pequeño amigo


No podía volar, y la carretera como un presagio de negro destino estaba a unos metros, allá donde en la cuneta quedan los pajaros llenos de hormigas.
Daba un salto, e intentaba volar. Y caía y abría el pico pidiendo ayuda. Eso parecía...
Lo cojo y se pone nervioso, me da miedo hacerle daño. Y pienso en dejarlo, pero la carretera sigue siendo una presencia funesta.
Insisto. No me apetece que muera, sé donde hay un veterinario, que lo cure si es necesario y luego a volar. Porque no me gustan los pájaros en la jaula.
Se calma, se aferra a mi dedo mientras acaricio su cabeza, caminamos y una pareja de guardias forestales se hace cargo de él. Dicen que seguramente no le pasa nada, es muy joven y aún no sabe levantar el vuelo desde el suelo.
Era una belleza, ha sido bonito tenerlo entre las manos tranquilo.


sábado, 27 de junio de 2015

Tanta vida


Hay tanta vida ahí que avergüenza la poca que hay en mí.
Soy una mierda.
Yo quiero morir ahí, arrastrarme entre toda esa vida y encontrar una sombra donde dejar que el corazón se detenga.
Es la catedral de la vida misma. No es que quiera más, no quiero un segundo más de vida de la que sé que me queda; es que esa vida profunda, alta, espesa, hermosa, me dice que vaya, que ya no hay nada ahí donde me parieron, que vuelva allá donde siempre debería haber estado.
Es cruel y es hermoso el rumor de las hojas que llaman a descanso, a muerte.
Si creyera en algo, rezaría por tener fuerzas cuando llegue el momento para morir ahí.
Si supiera cuando, acamparía unas horas antes, y moriría sin que nadie lo supiera.
Anónimo y oculto.
Y un petirrojo animándome a cerrar los ojos.
Es preciosa la muerte.
Hermosa...