lunes, 8 de junio de 2015

Árbol foto-grabado



A veces la naturaleza posa para que con ella se realice un grabado.
Sabe posar, se deja amar.
Solo hay que prestar la suficiente atención.
Los japoneses lo sabían de una forma natural.



domingo, 17 de mayo de 2015

Luz versus piedras


No es que me guste tanta luz, preferiría la oscuridad y la fresca humedad de la piedra.
Preferiría morir haciéndome piedra que luz.
Dijéramos que lo de la luz me parece una trampa para pasar a una eternidad de más de lo mismo.
Soy desconfiado.
Experimentado.
Qué envidia me dáis, piedras.
Si pudiera hacerme fósil entre vosotras.
Si se derrumbara el túnel.
Si se apagara la luz.
No más vida, quisiera morir como vosotros, muros.

(Túnel en La Ruta del Ferro i el Carbó (Ripoll, antiguo trazado de Ferrocarriles Catalanes)


jueves, 30 de abril de 2015

Potrillos


Sois una belleza, pequeños.
Haceos grandes, sed fuertes e irreductibles antes de que sea tarde.

(Ripoll, Pla de l'Avellaneda)




martes, 21 de abril de 2015

Un testigo pétreo


El testigo de piedra de que una vez hubo un tren.
Y un día, en el futuro, alguien se preguntará qué misterio oculta el mojón, qué ocultan esos números. Se inventarán, magias, muertos y maldiciones.
Y el triste hito seguirá con la misma pétrea indiferencia, esperando un tren que le de sentido a su inexistencia.

(Ruta del Ferro i el Carbó, Ripollés, Catalunya, España).


sábado, 7 de marzo de 2015

Xibalba entre libros y cuadernos


Xibalba siempre ha elegido reposar entre libros y papel.
De muy pequeña se aposentaba entre los diccionarios, libros y cuadernos que ocupaban la mesa.
Le debe pasar como a mí, que el olor de la tinta y el papel es una adicción tranquila e íntima.
Estamos los dos en nuestro medio.
A veces coincidimos los animales en los gustos.


martes, 24 de febrero de 2015

Iconomonstruo


Soy el payaso de las noches insomnes, una gárgola que espanta el verdadero mal de las noches de ojos abiertos.
Porque verán en mí, que no hay nada peor que ser yo mismo. O sea, pueden dormir tranquilos de no tener el antojo exótico de ponerse una máscara que te dobla las pestañas de una forma dolorosa durante todo el proceso de ponérsela, y luego, para mayor inri, acertar al botón de la cámara con toda esa ceguera.
Mi cabeza es tan grande como lo que se necesita para alojar mi gran cerebro, no es vana la desmesurada talla.
Es como ser diana de una feria de: "A ver quien manda primero a la mierda al pesado".