Son de piedra, no giran la cabeza. Nadie mira a nadie y si no fueran de piedra mirarían al suelo avergonzados e indolentes de saber que están en el mismo lugar y en el mismo tiempo, aunque pasen los días y las tormentas.
Es una instantánea de lo humano, de un viaje en metro, de un paseo por la ciudad. De una vida de trabajo y monotonía.
Centro Cultural Universitario de Puebla, México.